SINOPSIS:
Lucy Hutton y Joshua Templeman se odian. No es que se caigan mal, que no se entiendan o que no tengan feeling, no… simple y llanamente se ODIAN. Sí, en MAYÚSCULAS. Ambos comparten oficina en el gigante editorial Bexley & Gamin y mientras Lucy es encantadora y servicial, viste de colores alegres y lleva los labios de un rojo chillón, Joshua es frío, eficiente y calculador, y viste una camisa concreta para cada día de la semana. Agua y aceite, vamos. Cuando surge la gran oportunidad de promoción laboral para ambos, lo de Lucy y Joshua se convierte en una lucha sin cuartel. ¿Quién conseguirá el codiciado ascenso, convirtiéndose así en el jefe —y tortura segura— del otro? Y mientras ellos afilan sus cuchillos, un pequeño incidente en el reducido espacio de un ascensor lo pondrá todos patas arriba…
RESEÑA:
Voy muy tarde con este libro, lo sé. Según he leído, desde que se publicó en 2017 ha vendido la friolera de seis millones de ejemplares en todo el mundo. Seis millones es mucha gente; vamos que, aunque muy pequeño, llega a ser un porcentaje de población de la Tierra. Es una pasada de ventas. Lo que no sé es si a las seis millones de personas les ha fascinado tantísimo como a mí. Si les ha hecho llorar, reír, estremecerse y desear que no se acabe.
Hay muchos ingredientes clave para que este plato haya salido tan bien. A priori, podría decirse que no es una receta original, un enemies to lovers de manual. Pero qué manera de cocinar y de condimentar. Serán unos espaguetis a la carbonara, pero madre mía, qué bueno el bacon, la nata y por supuesto la pasta, al dente (perdón, es la hora del almuerzo).
Nada más comenzar, la narración te atrapa. La protagonista, Lucy, es graciosa casi sin pretenderlo y como lo narra ella, la historia se convierte en un relato fresco y divertido. Puede parecer una protagonista un poco estereotípica: buena, bastante inocente e insegura; pero con matices. Si te sientes identificada con ella, inevitablemente te preguntas si al comportarte bien (o al intentarlo) lo haces por altruismo o para complacer a los demás e intentar integrarte en el grupo. Me ha parecido un personaje muy completo que, además, evoluciona a lo largo del libro, endureciéndose; aunque sigue siendo encantadora hasta el final.
El contrapunto de Lucy es Joshua. Él es frío, reservado e implacable en el trabajo. Pero todo esto también tiene sus matices. A lo largo de la obra se descubrirá de una forma sorprendentemente ágil, casi sin que te des cuenta, que no es oro todo lo que reluce y que él tiene su corazoncito. De hecho todavía no sé cómo consigue la autora desnudar tanto al protagonista, mostrarlo tan vulnerable y que siga resultando imponente. Un protagonista masculino de manual, vamos.
La novela podría parecer un poco frívola, pero no lo es. Está tan bien llevada, los personajes interactúan tan bien entre sí, los diálogos son tan hilarantes… Es perfecta. He reído, he llorado y he tenido que destensar los hombros de vez en cuando porque me metía demasiado en el ambiente tenso que se respiraba en esa oficina. Y se “odian” tantísimo… Hasta las escenas de sexo me parecen delicadas y preciosas.
En definitiva:
Os envidio si no lo habéis leído todavía. Es una maravilla. Habrá quien piense que escribir una historia así de entretenida es fácil, pero hacerlo con tal maestría es complicadísimo. Igual de admirable es que consiga arrancar al lector constantemente un montón de reacciones: risa, lágrimas, preocupación, excitación, felicidad… Una maravilla que voy a tardar mucho tiempo en olvidar.
Ahora, a ver la peli.
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